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Este blog se creó con un sólo propósito.... ayudarte a alcanzar la salud y figura que siempre has deseado. No importa cuál sea tu meta, aquí encontrarás los consejos, las estrategias y las técnicas de entrenamiento de vanguardia que te ayudarán a alcanzarla sin tener que gastar tu tiempo y dinero en rutinas de entrenamiento y suplementos que no funcionan.

jueves, 30 de junio de 2011

¿QUÉ SIGNIFICA ENTRENAR CON INTENSIDAD?

Te has preguntado, ¿por qué si dos personas hacen exactamente el mismo tipo de entrenamiento con pesas (mismo número de series y repeticiones) obtienen resultados diferentes? (sin tomar en cuenta las diferencias genéticas o “ayudas” químicas).

Bueno la respuesta se llama “INTENSIDAD”. Así es, la intensidad a la cual es realizada cada serie y repetición de un ejercicio. Seguramente has escuchado la frase “Eres el resultado de tu esfuerzo”, pues bien este es el corazón de la intensidad, el grado de esfuerzo y concentración que logras al ejercitarte.

Si bien es cierto, es difícil determinar un grado de intensidad estándar debido a que cada persona es diferente, y por consiguiente tiene un sistema de valoración distinto. Pero de acuerdo a la definición de intensidad del diccionario, la intensidad es “el grado de fuerza, energía, esfuerzo o sentimiento con que se manifiesta un agente natural, una magnitud física, una acción, una expresión, etc.”, o sea que es una medida de la cantidad de energía transmitida. Se puede decir que para lograr una mayor intensidad, en el caso del ejercicio, se requiere gran concentración, potencia y esfuerzo. Todo esto junto creará una diferencia en tus entrenamientos. En el caso del entrenamiento con pesas, la intensidad va de la mano con la sobrecarga. Dicho de otra manera, si le agregas más resistencia a tus músculos por medio de levantar más peso incrementarás tu nivel de fuerza y muscularidad.

Al entrenar con intensidad junto a una sobrecarga progresiva producirás un nivel de estrés en tus músculos que los forzará a adaptarse, haciéndose más grandes y fuertes. La intensidad involucra una conexión mente-cuerpo, que cuando la logras crear  llegas a sentir (literalmente) cada repetición en su totalidad y el estrés que esta produce en los músculos. Esto te podrá sonar extraño o cursi, pero si estas haciendo ejercicio sólo por el hecho de hacer “algo”, nunca verás resultados sorprendentes. Por eso tienes que concentrarte para evitar distraerte y así lograr conectar la mente con el cuerpo. Sólo de esta manera podrás sacarle el máximo provecho a cualquier ejercicio que realices, y a medida que logres alcanzar este nivel de intensidad en cada entrenamiento, te sorprenderá el progreso que lograrás.

Otro aspecto que debes de tomar en cuenta cuando entrenas con intensidad, es la capacidad de adaptación que tiene tu cuerpo. Por cuanto, cuando llegues al punto de sentirte cómodo(a) con el nivel de intensidad al cual estas entrenando tienes que aumentarlo, trata siempre de superarte, tienes que salirte del área de confort para exigirle siempre más a tu cuerpo y obligarlo a mejorar para poder adaptarse. Esto es lo que separa a un progreso modesto de uno sorprendente. Pero tienes que tener un autentico deseo de querer cambiar tu cuerpo, ya que sin ese deseo te estarás encaminando hacia el fracaso. Debes querer alcanzar tu meta tan fuertemente para que estés dispuesto(a) a soportar un cierto nivel de dolor y cansancio, para luego disfrutar del beneficio de ver tu meta hecha una realidad.

En cuanto al tiempo que debes de dedicar para entrenar, trata de mantenerlo entre 30 y 45 minutos (no pierdas tu tiempo platicando). Es muy difícil (sino imposible), mantener una máxima intensidad si tu entrenamiento es muy prolongado. No ejercites más de dos grupos musculares en un mismo entrenamiento, esto te permitirá entrenar con más intensidad cada grupo muscular. Recuerda que cuando entrenas con intensidad logras afectar significativamente la liberación de hormona de crecimiento en tu cuerpo, así como también otras hormonas anabólicas que te ayudan a construir más tejido muscular de forma natural.

Ahora bien, se que hay días en los que no te provocará ir al gimnasio, también se que habrán excusas muy legítimas por las cuales que no deberías, como: emergencias familiares, lesiones, enfermedades, etc. Pero el hecho de “no sentir deseos” no es una excusa valedera. Si te encuentras un poco cansado(a) o tuviste un mal día en el trabajo, no permitas que esto se convierta en un obstáculo para no realizar un entrenamiento que ya tenías programado. Trata todo lo posible para que no te sea tan fácil saltarte un entrenamiento. Con frecuencia, un entrenamiento intenso es el remedio perfecto para liberar todo el estrés generado por un día difícil en el trabajo o para despejar la mente y poder luego afrontar con nuevos ánimos un problema familiar o económico. Recuerda que cuando nos ejercitamos, nuestro cuerpo libera endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad, que son las responsables de que nos sintamos bien después del ejercicio.

Trata siempre de superarte en cada entrenamiento, el nivel de intensidad que alcances determinará si obtendrás resultados o si estarás perdiendo tu tiempo.


Comprometido con tus resultados,

JC Mendoza
Experto en Fitness


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