Hay muchas opiniones
al respecto de estas dos formas de ejercicio cardiovascular, pero decidir cuál
de estas dos es mejor para ti dependerá de factores como tu edad, peso,
historial de lesiones, metas,
preferencias, etc. Para que puedas tomar una mejor decisión déjame
explicarte las ventajas y desventajas que presentan estas dos formas de
ejercicio.
Primero que nada déjame
decirte que agregar ejercicio aeróbico a la rutina diaria es una excelente
manera de mejorar la condición cardiovascular de cualquier persona, además de
muchos otros beneficios (perder peso, mejora el estado de ánimo, eleva los
niveles de energía, disminuye el riesgo de padecer de cáncer, diabetes,
enfermedades relacionadas con el corazón, etc.). Otra ventaja que tienen estas
dos formas de ejercicio es que son fáciles de practicar, no necesitan de ningún
equipo sofisticado, se pueden realizar prácticamente en cualquier lugar y
durante todo el año.
Ahora bien, ¿cuál te conviene
más a ti? Bueno, como ya lo dije al inicio dependerá de muchos factores. Si tienes
problemas de sobrepeso (IMC ≥ 25), tienes problemas de salud, eres principiante
o tienes mucho tiempo sin ejercitarte, entonces te recomiendo que comiences por
caminar, ya que podrás obtener los mismos beneficios que si corrieras con las
ventajas de que al caminar le estarás aplicando menos estrés a tu cuerpo (tobillos, rodillas, cadera y
espalda). Además, podrás ir adaptando tu cuerpo al ejercicio y mejorando tu condición
física gradualmente. Después de algún tiempo estarás en mejor condición para
comenzar a correr (si ese es tu deseo).
De seguro habrás oído
decir que caminando quemas más grasa que corriendo, bueno déjame decirte que
realmente es cierto, esto se debe que cuando te ejercitas a una menor
intensidad tu cuerpo utiliza más calorías provenientes de la grasa como
combustible. A medida que aumentas la intensidad del ejercicio y comienzas a
correr, tu cuerpo comienza a utilizar más calorías provenientes de los
carbohidratos como fuente de combustible. Pero lo que tal vez no has oído decir
es que no importa si las calorías que utilizas como combustible provienen de la
grasa o de los carbohidratos, lo que realmente importa es la cantidad total de calorías
que logras quemar mientras te ejercitas, ya que es éste total el que te ayudará
en tus esfuerzos por perder peso (siempre y cuando cuides tu alimentación).
Déjame ponerte un
ejemplo: si una persona de unas 160 lbs. de peso camina 30 minutos a una
velocidad promedio de 7 Km./h logrará quemar alrededor de unas 190 calorías,
mientras que si corre a una velocidad de unos 10 Km./h por 30 minutos logrará
quemar cerca de 370 calorías. Como podrás ver hay una diferencia significativa
que te ayudará a perder peso más rápido. Pero también vale la pena destacar que
por su naturaleza repetitiva y por ser un ejercicio de alto impacto, el correr
aumenta el riesgo de sufrir una lesión en los tobillos, las rodillas o la
cadera; mientras que el caminar por ser de bajo impacto representa un menor
riesgo para las articulaciones.
Puedes reducir el
riesgo de sufrir una lesión si corres sobre grama, tierra o sobre pistas con
superficie especial para correr; si utilizas zapatos adecuados a tu forma de
pisar, utilizas una buena técnica (para esto puedes buscar la guía de un
entrenador personal capacitado) e incrementas gradualmente la distancia a
recorrer. De manera personal te diré que si tu meta es correr por salud y
recreación, no corras distancias mayores de 5 Km. para reducir el riesgo de
sufrir lesiones.
Como podrás ver ambas
formas de ejercicio tienen sus “pros” y sus “contras”, por lo que te recomiendo
que escojas aquella que mejor se acomode a tu condición y a tus necesidades.
Comprometido con tus
resultados,
JC Mendoza
Experto en Fitness