Para
obtener resultados de una rutina de ejercicios o programa de entrenamiento, se deben
seguir ciertos principios. El incumplimiento de estos principios puede
significar que una persona obtenga muy poco o ningún beneficio de su
entrenamiento. Los principios del entrenamiento se basan en la sobrecarga, la
recuperación, la progresión, la reversibilidad y la especificidad. Este último (principio
de especificidad) es especialmente importante para una persona que está
haciendo ejercicio para lograr una meta en particular, como el aumento de la
fuerza, pérdida de peso, aumento de la resistencia aeróbica, acondicionamiento
para un deporte especifico, etc.
Todos
sabemos que el ejercicio es una forma de estrés. El cuerpo se adapta al estrés
que sobre él se aplica, esta es la esencia de la especificidad. Otro término
utilizado en el diseño de programas de entrenamiento es SAID (Specific
Adaptations to Imposed Demands) Adaptaciones Específicas a las Demandas Impuestas.
Este principio establece que el cuerpo mejorará en el tipo de ejercicio que se
elija hacer, o sea que las adaptaciones fisiológicas que experimentará como
resultado del programa de entrenamiento dependerán de los tipos de ejercicios
que realice y como los realice.
Por esta razón
es muy importante que un entrenador personal realice primero una evaluación de
la condición física de sus clientes para poder ayudarles a alcanzar sus metas
de forma eficiente y segura, tomando en cuenta las limitaciones y fortalezas
que estos presenten. Debido a esto, es sumamente importante que los programas
de entrenamiento sean personalizados para alcanzar las metas deseadas, ya que si
cada persona es diferente cada programa debería de serlo y así poder obtener el
mejor resultado posible al tiempo, esfuerzo y dinero invertido.

De manera
que si bien un programa de entrenamiento de grupo podría brindar algunos resultados
positivos a algunos de sus participantes, NUNCA podrá compararse a los
beneficios que obtendrían cada uno de ellos con un programa personalizado diseñado
tomando en cuenta sus características físicas y metas.
Ahora bien,
el tener un programa personalizado tampoco garantiza el éxito si no existe un compromiso
permanente en tiempo y esfuerzo por parte del participante, por lo que es una decisión
que no puede tomarse a la ligera. El ejercicio debe convertirse en parte de las
actividades diarias que una persona realiza, como bañarse y cepillarse los
dientes. A menos que la persona esté convencida de querer hacer un cambio y de los
beneficios que obtendrá al ejercitarse de forma regular, no tendrá éxito.
Además, la
paciencia es esencial. Se debe permitir un tiempo prudencial para que un
programa de entrenamiento rinda frutos. No se puede pretender recuperar en unos
pocos días o semanas lo que se perdió en años de vida sedentaria y descuido,
pero se podrá recuperar y aún mejorar si la persona persevera y se disciplina.
Comprometido
con tus resultados,
JC Mendoza
Experto en
Fitness
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