Cuando se
trata de entrenamiento hay diferentes escuelas de pensamiento. Por un lado
tenemos a muchos gimnasios de CrossFit que entrenan a sus discípulos como soldados que se preparan para la guerra y al otro extremo tenemos a muchos
entusiastas del ejercicio que piensan que el gimnasio es un club social en el
cual la tarea más dura que realizan es tomarse “selfies”.
Entonces,
¿Cuánto deberíamos esforzarnos realmente en el gimnasio para ver resultados?
Si bien sentir
que el músculo se está quemando, la sensación de dolor paralizante, llegar a
vomitar, no poder caminar después del día de piernas o no poder conducir
después del día de brazos, son distintivos de honor para muchos aficionados al
gimnasio, ninguno de ellos garantiza que tu entrenamiento fue positivo y que dará
lugar a mejoras. Aun así hay muchos que prefieren centrarse en estos elementos
en lugar de una progresión objetiva.
Ahora bien, no
me malentiendas, si quieres progresar necesitas entrenar duro, mucho más duro
que la mayoría de la personas. Desafortunadamente, una vez que consigues ir más
allá de cierto umbral, empujarte aún más difícilmente conducirá a más ganancias
e incluso podría perjudicar tu progreso a largo plazo o podrías terminar con una
lesión seria.
¿Qué hacer
entonces? Si entrenas un músculo sólo una vez a la semana, podrás imponer más
castigo sin demasiados efectos adversos que si entrenas a cada músculo varias
veces en una semana. ¿Pero qué pasa si apenas puedes caminar durante cinco días
después de entrenar las piernas cuando sólo las ejercitas una vez por semana?
Como regla general te diré que si el dolor extremo persiste más de 3 días,
entonces el entrenamiento fue demasiado fuerte o muy prolongado (demasiados
ejercicios).
Sin embargo,
para alguien que entrena cada músculo más de una vez a la semana será mucho más
difícil encontrar la dosis adecuada de intensidad en los entrenamientos. Como
lo mencioné anteriormente, si bien es necesario hacer lo suficiente para
estimular el progreso, debemos tener cuidado en no sobrepasarnos para no
impactar negativamente la próxima sesión debido a que estamos muy adoloridos.
También
debemos de tomar en cuenta que algunas personas responden mejor al volumen de
ejercicios (cantidad de ejercicios) mientras otras al peso. Del mismo modo, algunas
personas pueden soportar un mayor estrés tanto en sus músculos como en sus
articulaciones, mientras otros sólo pueden tolerar una cantidad muy limitada de
estrés. Por lo que es muy importante conocer cuál tipo eres tu y cuál es la
meta que deseas conseguir para que puedas diseñar un programa que te permita
progresar.
Como
conclusión te diré:
- Tienes que entrenar duro para progresar de manera óptima, pero no tan duro que afecte la calidad de tus otros entrenamientos o que cause tanto dolor que disminuya tu rendimiento.
- Si entrenas un músculo sólo una vez a la semana, podrás imponer más castigo sin demasiados efectos nocivos que si entrenas a cada músculo varias veces en una semana.
- El poner a prueba ocasionalmente tu temple con ejercicios o entrenamientos que desafían tus capacidades puede ser una buena manera de ver cuan físicamente capaz eres, y el prepararte para esos desafíos puede aumentar tu motivación de forma significativa.
- Si no te vuelves loco(a) de vez en cuando, pierdes de vista lo que significa entrenar duro. Una lección ocasional de dolor en el gimnasio te permitirá mantener las cosas en perspectiva.
- Recuerda que el nombre del juego es “progreso”. Si no estás progresando en fuerza, rendimiento y/o composición corporal de semana a semana, es señal que tu entrenamiento y/o nutrición podrían no ser los adecuados.
Comprometido
con tus resultados,
JC Mendoza
Experto en
Fitness
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